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Esta vez había decido escribir poesía de amor, sin embargo, después de mirar de lejos la idea, me percaté que evidenciaría un carácter sensible, romántico que terminaría rayando incluso en lo cursi, sin duda no era la mejor opción para un público naciente que estaba ávido de formatos originales, que delinearan arrojo, ironía, y fueran sobre todo incisivos, además no se me daba, o al menos no me agradaba la idea de que ese tipo de poesía se me facilitara. Fue entonces que decidí hacer crítica, hacia lo que fuere, hacia lo que se moviera, hacia algo que diera señal de vida y que redituara un esfuerzo de diatriba, surgió entonces un problema, la sátira podría dárseme, sin embargo mis conocimientos técnicos y analíticos sobre algún tópico en particular deambulaban entre la limitación y la ignorancia, me asigné la categoría de neófito en cualquier materia. Me quedaba entonces la parte satírica, hacerle al chistoso no sería difícil, hoy en día todos lo hacen, pareciera la moda en los blogs, sólo que la mayoría me producía más pena que risa, sin duda terminaría cayendo dentro de esa clasificación, además agregar uno más, sería un crimen contra ese despistado lector que a veces aparece por la blogósfera. Un texto corto, definitivamente. ¿Personal?, poco que decir, cualquier cosa sería redundar, en otros y en mi mismo, todo está dicho y lo demás provoca sueño. ¿Fábula?, detesto el idealismo barato y los textos con pretensiones académicas o formadoras, aunque tampoco podía negar mi inconsciente espíritu optimista y motivacional, ¡diablos!, ¡soy un idealista!, lo mejor sería alejarme de cualquier cosa que insinuara acaso dicha naturaleza. ¿Cuento?, irremediable, parecía la única opción viable, ¿argumento?, mi última aduana, las más recientes ideas, además de forzadas, eran bastante simples, deslavadas, malas en definitivo. Media sinápsis. Sinápsis. Escribir sobre alguien que no tiene que escribir.