(Paréntesis Político Inevitable)

Este fin de semana, el domingo para ser más exactos, hay elecciones en mi estado, se elegirán 43 presidentes municipales, 1 gobernador y un tanto más de diputados locales, y como la mayoría, preferiría no votar.

Con una campaña que empezó por parte del aún partido oficial desde principios de año y cuyos gastos suman ya algunos millones de dólares. Campañas con mucho ruido y como siempre con muy poca oferta, sin dejar a un lado por supuesto la demagogia y los discursos ramplones que tanto le llenan el oído a la prole. Arrancando con el clásico dedazo del gobernador e incorporando además un camino ahora muy utilizado: la mercadotecnia, que esta vez, más que competencia de nombre, carrera política, partido, etc, se ocupó de destacar la imagen, enfatizando el perfil familiar, paternal y por supuesto los ojos claros de los candidatos. Elecciones que se dan en un clima de apogeo de la delincuencia organizada, una ola de matanzas derivadas del narcotráfico, redadas frecuentes del ejercito y con un cartel del golfo más vivo que nunca, cuyo líder tiene la capacidad de dirigirlo desde un penal y con vínculos que apuntan cada vez más al gobernador, dueño ahora, dicho sea de paso, de cadenas hoteleras, complejos turísticos y demás empresas, y propietario también de una fama bastante conocida en la comunidad gay. En un estado donde la libertad de expresión es sólo un término más, la independencia periodística es nula, no existe el ejercicio de crítica, de cuestionamiento y la Ley de transparencia y acceso a la información es aún asignatura pendiente y diferible cada vez que se puede, la oferta política se limita a un aficionado a las drogas de ojo azul, eso sí amigo “cercano” de nuestro “pasivo” gobernador (PRI), a un senador que con dinero brinca y que tampoco es muy confiable (PAN) y a uno más que saltó del mismo PRI y que tiene muy pocas posibilidades, debido a que el PRD en el norte tiene muy poco presencia y tampoco la propuesta es destacable.

Así que en un contexto de inseguridad, hartazgo político, campañas estratosféricas y escasez de propuestas reales, se darán unas elecciones que traeran como resultado seguramente, que el próximo año, aún seguirá gobernando el ya ex-gobernador.