Take it easy
Algunas veces ...
el tiempo se detiene,
losespaciosseamontonan,
el presente colapsa,
y el drama es una bola de nieve.
But then ...
¡I take it easy!
cups
lunes, octubre 11, 2004
-11:06 a.m.
poco que decir:
BY THE WAY
Al entrar a la casa, Fátima, redactora notarojera, (periodista de sección policíaca en diario vespertino, aclaraba ella), graduada de lic. en derecho de universidad con nombre de instituto computacional, terminaba por contarle al maistro en aliniasion y balanseo, la historia que había conmocionado el día anterior la ciudad entera y que ella puntualmente decía haber cubierto:
-Como le digo, parecía la historia moderna de Romeo y Julieta, desangrados totalmente, no exagero, mi trabajo no me lo permite, se encontraban los dos cuerpos de los enamorados suicidas, uno encima del otro en un charco de sangre, bajo un letrero escrito en la pared también con sangre.
-Órale señito y ¿que decía el letrero ese?
-Pues que iba a ser, encerrados en un corazón citaba: Orfeo y Triana, decidimos morir por culpa de nuestros padres.
-No, pos ora si ya entiendo
-¿Que?
-Con esos nombrecitos yo también le echaba la culpa a mis jefes..
(by the way)
-¿A nombre de quién le hago el cheque maistro?
-Nepo, Nepomuceno Martines Baldes.
TATUAJE
-¡Apúrate güey, nos agarra la tormenta!
Carretera a la playa Km. 6.5
-¡Ya voy, nomás riego el arbolito!
Cavalier ’93 orillado en un paraje.
-¿Para qué lo traías?
-No, si yo no lo invite
-Ya saben que este güey se invita solo
¡boom- ¡pssst!-¡crash! (trueno-rayo)
Tres pubertos de pie, rondando a otro más que yace a sus pies, provocándoles el mismo gesto evolutivo: sorpresa-incertidumbre-miedo-pánico. La hecatombe en cascada: el pasado inmediato acusador, los hubiera, los te lo dije, los no mames, el presente inusitado, inimaginado y después, las primeras conclusiones:
El Negro: Valió madres
El Pelos: Nadie lo invitó.
El Babas: ¡Pinche Tatuaje!, si no es con un rayo no te lo quitas de encima.
CINCO MINUTOS
Te miro adherido a la ventana (ó ¿tú me viste?).
Tocas. - Abro. - Entras.
Tomas mi silla, mi cigarro y mi taza de café. Lo subsiguiente lo entrego yo. Hacía media vida te estaba esperando . . . media vida después sigo contemplándote y disfruto aún más que tú, esas piernas vencidas en mi silla y el sorbo que le das a mi café y el humo (oxígeno a mis ojos) que aspiras de mi cigarro.
Cinco minutos después la espalda termina por vencerme, sabía que yo no era suficiente para los dos: la silla luce tentadora, el olor del café tan nostálgico y el cigarro tan necesario.
La puerta esta media abierta y/o medio cerrada.
Sentado, entre humo y con sabor a moca en los labios, todo es más simple.
by R.Castillo